La vacunación evita la saturación de los sistemas de salud y controla enfermedades prevenibles, que, de no ser tratadas, derivan en hospitalizaciones costosas y una carga financiera para las familias y los sistemas de salud.
El reto es generalizar su uso
“Las vacunas no son necesariamente para que no te enfermes, son para que no te pongas grave, para que no te mueras, para que no se saturen las instituciones y que permitan a los sistemas de salud pública lidiar con las epidemias o las estaciones clave en las que se presenta un aumento de enfermedades respiratorias”, explica el Dr. Alejandro Macías Hernández, infectólogo y actual catedrático de la Universidad de Guanajuato, durante el seminario “Nuevas vacunas de COVID y de influenza” organizado por el Programa Universitario de Investigación sobre Riesgos Epidemiológicos y Emergentes de la UNAM.
En México, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) es la autoridad responsable de asegurar la calidad de las vacunas que se distribuyen y aplican, su liberación toma de 3 a 6 meses. La comunicación es centralizada por la Secretaría de Salud para todas las instituciones.
Existen pocos proveedores de vacunas
A nivel mundial existen pocos proveedores de vacunas, y en México los grandes compradores son el Centro Nacional para la Salud de la Infancia y de la Adolescencia (CeNSIA), el Instituto Mexicano del Seguro Social, los gobiernos estatales, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado, entre otros que tienen asignaciones presupuestarias independientes.
Según la Asociación Mexicana de Vacunología, el reto en México es generalizar su uso contra la influenza y COVID-19, fomentar la vacunación contra neumococo, y facilitar la eventual entrada de nuevas herramientas de inmunización contra neumococo y Virus Sincicial Respiratorio para niños, adultos mayores y mujeres embarazadas.
Su impacto no solo radica en la protección individual, sino también en su capacidad para evitar la saturación de los sistemas de salud, como se ha evidenciado en la crisis sanitaria recientes del COVID-19.
¿Cuánto le ha ahorrado la vacunación al sector público?
De acuerdo con Juan Luis Morrel, presidente y director general de Pfizer México, la vacunación permite replantear el paradigma de enfermedad-tratamiento hacia un enfoque preventivo. En este sentido, la biofarmacéutica expone que su participación en el plan nacional de inmunización contra el neumococo ha generado un ahorro de 35 mil millones de pesos en 13 años de trabajo continuo con el sector público.
Actualmente Pfizer cuenta con 108 tratamientos y vacunas en desarrollo: 46 en fase 1, 28 en fase 2, 30 en fase 3, y 4 en proceso de registro
En palabras de la Dra. Yéssika Moreno, directora de Asuntos Médicos, la vacunación es igualmente efectiva que proveer a la población de agua potable y de igual manera es costo efectiva. “La mejor vacuna es la que está aplicada en el brazo, no la que está en una farmacia o almacén”, asegura.

Vacunación en los extremos de la vida
El beneficio de la inmunización es especialmente notable en poblaciones vulnerables, como niños, adultos mayores, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas, oncológicas o inmunodeficiencias.
Por ejemplo, la vacuna contra el Virus Sincicial Respiratorio, administrada a mujeres embarazadas después de las 24 semanas, protege a los recién nacidos en temporadas de alto riesgo como el invierno, cuando las infecciones respiratorias alcanzan picos críticos y saturan los sistemas de salud.
“Son los extremos de la vida los que se ven más impactados con las enfermedades respiratorias. Por eso es crucial continuar vacunándonos independientemente de la edad”, recalca la Dra. Yéssika Moreno, Directora de Asuntos Médicos de Pfizer.
“Las vacunas nos sacan de las endemias intensas y de las pandemias aligerando la carga de atención en los sistemas de salud, ya lo demostró el COVID. Cuando salen las vacunas, finalmente podemos empezar a controlar una situación crítica de salud”, asegura el Dr. Alejandro Macías.