Desde 2020, la enfermedad de COVID-19 ha reducido a la industria de la salud a un dominio absoluto, lo que ha provocado carencia de personal y ha restringido la atención de calidad para los pacientes. Esto obligó a algunos legisladores a promulgar exenciones temporales de las restricciones de licencias para aliviar esas cargas.
Septuagésima octava reunión
Los investigadores de la Facultad de Negocios y Economía John Chambers de la Universidad de West Virginia reconocieron estos eventos y decidieron ofrecer su propia experiencia sobre cómo abordar la falta de atención primaria derivada de la pandemia.
En el estudio “Potential licensing reforms in light of COVID-19” [1] los economistas Ed Timmons y Conor Norris encontraron 6 alternativas (clasificadas de más a menos efectivas) para su consideración:
- Cambiar la educación médica
- Ampliar la independencia de los asistentes médicos y los enfermeros practicantes
- Regulación federal de la telemedicina
- Expansión del pacto de licencias médicas interestatales
- Licencias especiales de telemedicina
- Licencias nacionales
“COVID-19 ha sido muy costosa, pero si es que existe un lado positivo, ha llevado a repensar las muchas regulaciones de atención médica”, comentó Timmons sobre el estudio. “Si tenía sentido eliminar la regulación durante la pandemia, vale la pena considerar si la regulación será necesaria en el futuro”.
Factores que conducen a la escasez de atención médica
Timmons y Norris son parte del Knee Center para el estudio de la regulación ocupacional, que se enfoca en las leyes de licencias ocupacionales y las regulaciones laborales, en el Chambers College. Su estudio fue publicado en Health Policy Open.
Argumentaron que la licencia ocupacional reduce la oferta de profesionales en un campo regulado y restringe la movilidad geográfica, factores que conducen a la escasez de atención médica.
“Las leyes de licencias ocupacionales hacen que sea un delito trabajar en una profesión sin cumplir con los niveles mínimos de educación y capacitación, pagar tarifas al estado y aprobar los exámenes”, declaró Timmons, director del Knee Center. “Más de 1 de cada 5 trabajadores tiene licencia en los Estados Unidos. Aunque establecen niveles mínimos de entrada, también desalientan la entrada y afectan desproporcionadamente a los desfavorecidos. Documentos de investigación indican que las licencias ocupacionales elevan los precios y aumentan el desempleo”.
Primera propuesta
En su primera propuesta de reforma, los economistas explicaron que el camino hacia la carrera de medicina en Estados Unidos lleva más tiempo y es más costoso que en otros países. Para convertirse en médico en los Estados Unidos, se debe obtener una licenciatura antes de completar 4 años en la facultad de medicina; además de algunos años de residencia. Los estudiantes de medicina en países como Australia, Irlanda y Corea del Sur tienen la opción de obtener un título médico consolidado de 6 años.
“Sería genial si los estudiantes interesados pudieran completar una credencial de 3 años para la escuela de medicina”, dijo Timmons. “Por supuesto, todo esto dependería de que las escuelas de medicina cambien sus criterios de admisión y acepten la nueva credencial de 3 años. Las escuelas de medicina, sin embargo, deben cumplir con los estándares de acreditación. Avanzar hacia una credencial de 3 años que prepare mejor a los estudiantes para la escuela de medicina no sería insólito; varios países ya lo hacen, como señalamos en el documento”.
Timmons destaca que el típico graduado de la escuela de medicina en los Estados Unidos puede acumular más de US $200,000 dólares en deudas, lo que disuade a los médicos de convertirse en médicos generales.
Segunda propuesta
La segunda propuesta de los investigadores aboga por que los asistentes médicos y los enfermeros practicantes puedan ejercer independientemente de la supervisión del médico. Los requisitos reglamentarios en muchos estados les impiden practicar con toda su capacitación y capacidad; a menudo, el médico debe estar presente, participar y supervisar el tratamiento de los pacientes, informaron los investigadores.
En la actualidad, 24 estados de los Estados Unidos y Washington, D.C. otorgan a las enfermeras practicantes plena autoridad para ejercer, dijo Timmons. pero Virginia Occidental no es uno de esos estados.
El acceso a la atención primaria en áreas rurales y desatendidas mejoraría con una mayor independencia en la práctica, dijo Timmons.
Timmons hizo referencia a un estudio, realizado por el Centro Robert Graham para Estudios de Políticas en Medicina Familiar y Atención Primaria, que mostró que la escasez de atención primaria era “particularmente pronunciada” en el Panhandle del Este y los condados del noroeste de Virginia Occidental de los Estados Unidos.
“Rediseñar la educación médica y permitir que los PA -por la siglas de physician assistants, asistentes médicos- y NP -por las siglas de nurse practitioners, practicante de enfermería- practiquen de forma independiente de acuerdo con su capacitación aliviará su escasez”, concluyeron Timmons y Norris. “Otras reformas que fomentan la telemedicina o facilitan la migración entre estados ayudarán a las poblaciones desatendidas a recibir atención”.
Referencias
- Edward Timmons, Conor Norris; Potential licensing reforms in light of COVID-19; Health Policy OPEN; Volume 3, December 2022, 100062; DOI: 10.1016/j.hpopen.2021.100062; Disponible en el URL https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2590229621000332?via%3Dihub#b0090