La Secretaría de Salud (SS) diseñó en 2019 un programa de vigilancia epidemiológica en el que omitió 16 enfermedades de las cuales no se tiene acceso a información alguna sobre su morbilidad y mortalidad.
Lo anterior fue descubierto y publicado por la Asociación Mexicana de Vacunología según consta en el documento Propuestas para la Vacunación en México 2024, recientemente presentado.
Se difundió información de 134 de las 150 enfermedades sujetas a vigilancia epidemiológica
“En la operación se difundió́ información de 134 de las 150 enfermedades sujetas a vigilancia epidemiológica. Esto implicó que, para 16 enfermedades no se favoreciera la accesibilidad a la información para la población y los tomadores de decisión”, señalan.
Este plan se elaboró con información sobre las condiciones de salud de la población, sin embargo, la Asociación asegura que presentó deficiencias desde su diseño y operación. Lo anterior porque no se elaboró un diagnóstico cuantitativo ni cualitativo que identificara un problema por atender, ni sus causas y efectos.
“No se actualizó la Norma Oficial Mexicana relacionada con los criterios, especificaciones y directrices a seguir en el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SINAVE) para la recolección de la información de morbilidad y mortalidad de enfermedades sujetas a dicha vigilancia”, dicta el documento.
No implementó mecanismos de coordinación
De acuerdo con el Informe Individual del Resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2019, la SS no implementó mecanismos de coordinación con los Laboratorios Estatales de Salud Pública para estandarizar su operación, ni acreditó que las visitas de supervisión a las entidades federativas se programaran con base en la identificación de las necesidades de supervisión de cada una; tampoco se definieron los mecanismos para asegurar el cumplimiento y la aplicación de las disposiciones establecidas en el Reglamento Sanitario Internacional (RSI) para evitar la propagación de enfermedades.
De igual manera, no se sustentó que la distribución de los recursos para la vigilancia epidemiológica se realizara con base en las necesidades de salud de la población de cada entidad federativa, y no se evaluaron los cuatro criterios establecidos en la Norma Oficial Mexicana NOM-017-SSA2-2012, de sistematicidad, continuidad, oportunidad y confiabilidad de la información sobre las condiciones de salud de la población, en cada uno de los sistemas de vigilancia, en lo que se refiere a los mecanismos de recolección de la información.
No aseguraron la calidad y oportunidad de la información generada
“Estas deficiencias no aseguraron la calidad y oportunidad de la información generada, ni que dicha información fuera utilizada para tomar decisiones, a fin de aplicar las medidas de prevención y control necesarias para proteger la salud de la población”, argumenta la Asociación Mexicana de Vacunología.
La Ley General de Salud contempla como materia de salubridad general la vigilancia epidemiológica y corresponde a la SS establecer y operar el SINAVE, que tiene el fin de recolectar información sistemática, continua, oportuna y confiable sobre las condiciones de salud de la población y sus determinantes.
En el caso específico de las vacunas, México cuenta con manuales simplificados para la vigilancia epidemiológica de enfermedades prevenibles por vacunación. Si bien existe un sistema de vigilancia epidemiológica instalado y efectivo, sus definiciones no están armonizadas con las definiciones internacionales.
No se llevó a cabo campañas de comunicación social del Programa de Vacunación
La Auditoria Superior de la Federación reportó que en 2019, el Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia, CeNSIA, no llevó a cabo campañas de comunicación social del Programa de Vacunación en radio, televisión, ni medios impresos y digitales para informar a la población sobre los beneficios de las vacunas, y el riesgo que representa tanto para la persona como para la comunidad es la falta de inmunización oportuna
La comunicación sobre vacunación en el país es centralizada por la Secretaría de Salud para todas las instituciones. Las campañas normalmente se establecen en tiempos oficiales disponibles, lo cual limita el impacto.
Existen pocos proveedores a nivel mundial de vacunas. Los grandes compradores de vacunas son el CeNSIA, el Instituto Mexicano del Seguro Social, los gobiernos estatales, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado, y otros tienen asignaciones presupuestarias independientes.
Cada institución cuenta con un presupuesto designado para vacunación, lo que implica descoordinación y ambigüedad en la determinación de las coberturas entre las instituciones y los gobiernos estatales, ya que deriva en una dilución de responsabilidades al momento de evaluar resultados nacionales y esto genera diferenciales significativos en precios de compra.