Los médicos están recetando antibióticos equivocada o injustificadamente a la población convirtiendo su uso en una tragedia a nivel mundial. Así lo consideró el Dr. Alfredo Ponce de León, jefe del Departamento de Infectología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ).
“Es inaceptable que como médicos nos equivoquemos al prescribir las dosis de antibióticos. Sobre todo contando con todo a la mano para revisar las cantidades adecuadas y aprobadas. Es un error porque no solo nos equivocamos con un paciente, sino que estamos generando la resistencia antimicrobiana con todos los demás”, declaró.
Va a generar un problema más grande al mundo
El Dr. explicó ambos problemas: equivocarse es prescribir un antibiótico para una bacteria que ya es resistente al mismo, por lo tanto, no va a funcionar sino a generar un problema más grande al mundo. E injustificadamente significa recetar un antibiótico por un virus y no por una enfermedad derivada de una bacteria.
“Hay una inmensa mayoría de equivocaciones al recetar antibióticos. Por ejemplo, debería mandarle al paciente un gramo cada 12 horas, pero a mi como médico se me ocurre, -por ignorancia, flojera o falta de educación-, darle medio gramo cada 12 horas. Ya me equivoqué gravemente. La mitad de las veces por las que falla el tratamiento antimicrobiano es por equivocaciones en la dosis”, dijo el Dr. e investigadordel tema a nivel nacional, regional e internacional.
En entrevista con Hospitales sin Infecciones, el Dr. compartió las conclusiones del hallazgo más reciente del *Global Burden of Disease & Antimicrobial Resistance Collaborators sobre la prevalencia y carga de la resistencia antimicrobiana (RAM) en el mundo, en donde analizaron por lo menos 20 años de datos de 77 variables clínicas, esto se traduce en el estudio de 470 millones de variables de casos concentrados en bases de datos de la Universidad de Seattle y el grupo colaborativo coordinado por la Universidad de Oxford, en el proyecto GRAM.
4.71 millones de muertes asociadas a la resistencia
En números, se estiman 4.71 millones de muertes asociadas a la resistencia, de esas, atribuibles sin ninguna duda a RAM fueron 1.71 millones de muertes.
“Eso es más que todas las muertes juntas de tuberculosis en un año. Lo que debe saberse es que, si una persona tiene una bacteria resistente, tiene cuatro o cinco veces más probabilidades de muerte que si presenta una infección con una bacteria susceptible, o no se infecta por ninguna bacteria”, declaró el Dr. Alfredo Ponce de León.
Según el análisis de la publicación científica por excelencia The Lancet, este proyecto reveló que una de cada ocho muertes en 2019 está relacionada con infecciones bacterianas, convirtiéndose en la segunda causa de muerte a nivel mundial.
El INCMNSZ fue la institución referente a nivel mundial a nivel hospitalario en este complejo esfuerzo mundial. Se requirieron permisos sujetos a investigación obligados por la Organización Mundial de la Salud por el uso de millones de datos (anónimos) de los pacientes y sus derechos humanos. Además de que se permitió evaluar el desenlace de los pacientes.
En México la información aún no es homogénea
“Esto es un reporte que requirió el escrutinio y aprobación de la veracidad de un Comité. Por tanto, los hallazgos son diferentes y más válidos que un estudio clínico de Vigilancia Epidemiológica convencional”, aseguró el Dr.
Informó que el problema en México es que la información aún no es homogénea. Aún existen diferentes regiones, diferentes estudios, diferentes laboratorios y diferentes estándares de práctica para medir la susceptibilidad de las bacterias.
Reveló que hay una falta de estándares en los laboratorios que imposibilita medir el consumo de antibióticos y su relación con la resistencia. “Por mucho esfuerzo que se haga, solo podemos saber el porcentaje de resistencia y nada más”.
“Hace falta medir el consumo. Por un día extra de dosis, el impacto puede ser muy grande, y el problema es tal que no podemos pensar de manera individual, sino global”, advirtió.
Es importante saber que la carga de enfermedad por resistencia antimicrobiana no solo influye en vivir o morir; sino en la discapacidad que provoca en las personas. Esto es imposible de calcular si no se mide de manera homogénea y claramente definida.