Durante la pandemia de COVID 19, la mortalidad por influenza y por Virus Sincicial Respiratorio disminuyeron 71% y 66% respectivamente, y la posible explicación para este fenómeno fue el aumento de la vacunación contra COVID-19, influenza y virus sincicial respiratorio, además de las maniobras ancilares como uso de cubrebocas, lavado de mano y aislamiento.
Así lo explicó el Dr. Alfredo Ponce de León, jefe de infectología en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” (INCMNSZ) durante su conferencia dictada en el Foro El desafío de las Infecciones Intrahospitalarias organizada por Hospitales sin Infecciones.
Vacunas y cubrebocas, factores clave que evitan la transmisión
“Sin querer, por COVID, la gente disminuyó la transmisión de los patógenos que en realidad pueden matar. No disminuyó la resistencia a los antibióticos, esa aumentó. Lo que disminuyó fue la transmisión. Y no disminuyó por los hospitales, disminuyó por la calle”, declaró.
“Durante la pandemia de COVID se estimó además una disminución de 16 por ciento en la mortalidad por infecciones en vías respiratorias inferiores. ¿Por qué? Pues porque hay vacunas. Una, hay vacunas; dos, las medidas de aislamiento y uso de cubrebocas”, agregó.
El Dr. compartió las conclusiones del hallazgo más reciente del Global Burden of Disease & Antimicrobial Resistance Collaborators sobre la prevalencia y carga de la resistencia antimicrobiana (RAM) en el mundo, en donde analizaron por lo menos 20 años de datos de 77 variables clínicas, esto se traduce en el estudio de 470 millones de variables de casos concentrados en bases de datos de la Universidad de Seattle y el grupo colaborativo coordinado por la Universidad de Oxford.
Más muertes por RAM que por tuberculosis en un año
En números, se estiman que hubo anualmente 4.71 millones de muertes asociadas a la resistencia, de esas, atribuibles sin ninguna duda a RAM fueron 1.71 millones de muertes.
“Eso es más que todas las muertes juntas de tuberculosis en un año. Lo que debe saberse es que, si una persona tiene una bacteria resistente, tiene cuatro o cinco veces más probabilidades de muerte que si presenta una infección con una bacteria susceptible, o no se infecta por ninguna bacteria”, dijo el Dr. Alfredo Ponce de León.
Según el análisis de la publicación científica por excelencia The Lancet, este proyecto reveló que una de cada ocho muertes en 2019 está relacionada con infecciones bacterianas, convirtiéndose en la segunda causa de muerte a nivel mundial.
El INCMNSZ fue la única institución que participó en este complejo esfuerzo mundial. Se requirieron permisos sujetos a investigación obligados por la Organización Mundial de la Salud por el uso de millones de datos (anónimos) de los pacientes y sus derechos humanos. Además de que se permitió evaluar el desenlace de los pacientes.
“Este estudio demuestra que, al trazar la incidencia de la mortalidad, puedes además asociar a patógenos responsables de las infecciones, los sitios de infección más frecuentes, y esto es una herramienta para que el sistema de salud dirija todas sus prioridades de apoyo y financiamiento”, explicó.