Vigilancia epidemiológica
Columna invitada escrita por el Dr. Gabriel García Rodríguez.
Desde tiempos inmemoriales, la humanidad ha enfrentado enfermedades epidémicas y no fue sino hasta el siglo XX cuando surgieron sistemas organizados de vigilancia epidemiológica en hospitales. En México y a partir de 1997, la Red Hospitalaria de Vigilancia Epidemiológica (RHOVE) se consolidó como un mecanismo clave para detectar, monitorear y controlar enfermedades transmisibles y eventos relevantes en salud pública. Su objetivo es prevenir brotes y mejorar la respuesta ante emergencias sanitarias, ayudando a tomar decisiones y diseñar estrategias de control. Está alineada con los principios de la OMS y otros organismos internacionales que promueven la detección temprana y la intervención rápida ante brotes.
Los Orígenes: La Necesidad de la Vigilancia
Con el crecimiento de las sociedades y la recurrencia de pandemias, los hospitales se convirtieron en puntos clave para recolectar datos epidemiológicos. Inicialmente informal, la vigilancia evolucionó tras pandemias como la gripe de 1957 y el VIH/SIDA en los años 80, impulsando la creación de sistemas estructurados.
El Auge de la RHOVE
Durante la década de los 90 y 2000, la RHOVE se formalizó en muchos países. Se crearon redes hospitalarias que recopilaban información sobre enfermedades de notificación obligatoria, infecciones nosocomiales y resistencia antimicrobiana. La digitalización y la interconexión entre hospitales facilitaron el monitoreo en tiempo real. También se amplió a enfermedades emergentes, intoxicaciones masivas y desastres naturales, como el H1N1 en 2009 y el COVID-19 en 2020.
Retos y el Futuro de la Red
Hoy, la RHOVE enfrenta desafíos como la resistencia antimicrobiana, enfermedades zoonóticas y el cambio climático. Tecnologías como la inteligencia artificial y el análisis de BIG data están transformando la detección y gestión de brotes. Fortalecer la RHOVE es crucial para prevenir futuras pandemias. La inversión en tecnología, capacitación y cooperación internacional será clave para consolidar una red hospitalaria más eficiente.
En diciembre de 2023, la OMS presentó el Plan de Acción Mundial sobre Prevención y Control de Infecciones (PCI) 2024-2030. Este plan busca que, para 2030, toda persona que acceda o brinde atención médica esté protegida de infecciones asociadas. Propone una hoja de ruta integral que abarca desde políticas y gobernanza hasta la integración con programas complementarios como resistencia antimicrobiana, seguridad del paciente, emergencias sanitarias, calidad de atención, agua, saneamiento y gestión de residuos, con el fin de garantizar una atención médica segura y de calidad.
Operación actual de la RHOVE en México
Las Infecciones Asociadas a la Atención de la Salud (IAAS) son condiciones causadas por agentes infecciosos o sus toxinas, que no estaban presentes ni en incubación al ingreso del paciente, y pueden manifestarse incluso después del egreso. Según la NOM-045-SSA2-2005, la Secretaría de Salud coordina la vigilancia epidemiológica de las IAAS a través de la RHOVE, operativa desde 1997 bajo la Dirección General de Epidemiología.
En 2023 se notificaron 58,604 IAAS, con un promedio mensual de 4,884. Los grupos más afectados fueron menores de un año y adultos mayores, concentrando el 46% de los casos. Los agentes más comunes fueron Escherichia coli (6,808), Pseudomonas aeruginosa (4,949), Klebsiella pneumoniae (4,566) y Acinetobacter baumannii (2,889). La letalidad fue del 4.7%, siendo mayor en personas mayores de 60 años (6.5%). Esto refleja la vulnerabilidad del sistema ante procesos no estandarizados de prevención y control de infecciones.
A pesar de que México cuenta con más de 44 mil unidades de salud, el presupuesto para prevención y control de infecciones (IPC) está fragmentado entre diversas instituciones como el IMSS, ISSSTE, SEDENA, MARINA, PEMEX, el sector privado y el IMSS-Bienestar, este último concentrando más de 10 mil unidades de salud, lo que dificulta la recolección de datos de calidad.
Se requiere una estrategia nacional centralizada que supere barreras técnicas, presupuestales y políticas, liderada por la Secretaría de Salud, que establezca indicadores nacionales para evaluar el cumplimiento institucional, asegurando los recursos humanos y financieros necesarios para garantizar condiciones mínimas de seguridad en los establecimientos (agua, medicamentos, laboratorio, insumos, plan PCI activo y coordinación con autoridades reguladoras).
Conclusión:
La RHOVE representa una herramienta vital en la lucha contra las IAAS y la Resistencia Antimicrobiana. Su fortalecimiento es esencial para salvar vidas y construir un sistema de salud más seguro. En México, se aspira a reducir significativamente las IAAS mediante una vigilancia epidemiológica sólida, prevención efectiva y control riguroso como pilares del sistema sanitario. Enfrenta desafíos modernos que requieren innovación tecnológica, coordinación internacional y políticas integradas para garantizar una atención médica segura y de calidad a través de normativas más rigurosas y actualizadas con enfoque en los programas de prevención y control de infecciones.
Bibliografía: García Rodríguez G. Red Hospitalaria de Vigilancia Epidemiológica: rumbo a un sistema más robusto y resiliente . Rev CONAMED. 2025;30(1): 8-10.