Enfermeras advierten vacíos críticos en la actualización de la NOM-045

La actualización de la Norma Oficial Mexicana 045 (NOM-045-SSA2-2005) sobre vigilancia epidemiológica para la prevención y control de infecciones asociadas a la atención  es un tema pendiente en el sistema de salud mexicano. Tras más de 15 años sin renovarse, se espera que la nueva versión sea exhaustiva y obligatoria; sin embargo, voces expertas en el área de enfermería, la primera línea de batalla, advierten un riesgo latente: la normativa podría quedarse corta en la prevención de Infecciones de Sitio Quirúrgico (ISQ), ignorando evidencia científica actual y en la realidad operativa de los hospitales.

En entrevista con Hospitales sin Infecciones, la Mtra. Josefina Flores, presidenta de la Federación Mexicana de Profesionistas de Enfermería de áreas Quirúrgicas (FEMEEQ), expresó su preocupación ante la falta de “paquetes preventivos robustos” en el borrador de la norma. A pesar de que las infecciones son el problema número uno en cirugía y pueden resultar catastróficas para el paciente, “los lineamientos actuales se perciben superficiales, contemplando apenas cuatro medidas básicas que no reflejan la complejidad del entorno quirúrgico moderno”

El “punto ciego” en el quirófano

El llamado de la representante de uno de los gremios de enfermería referentes en el sector, es que la norma contemple acciones esenciales, tanto generales como específicas, y por especialidad médica. Actualmente, se omiten o se tratan de manera somera procesos vitales como el baño pre-quirúrgico del paciente, que es fundamental para reducir la carga microbiana antes de entrar a una zona estéril.

“El paciente trae su microbiota y, si no se baña, entra a cirugía el riesgo es mayor. A veces, al momento de canalizar, sale suciedad visible”, explica la Mtra. Flores ejemplificando una desconexión entre la teoría administrativa y la práctica clínica.

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Asimismo, enfatiza en la urgencia de erradicar prácticas obsoletas como el uso de rastrillos para el rasurado (tricotomía), que lesionan la piel y aumentan el riesgo de infección, así como la necesidad de mantener la normotermia del paciente. Mantener la temperatura del paciente por encima de los 36 grados es una medida no farmacológica crucial, ya que la hipotermia (común en quirófanos fríos) predispone a complicaciones graves y por supesto a infecciones del sitio quirúrgico.

La paradoja del E. Coli y la higiene de manos

Uno de los datos más alarmantes revelados durante la entrevista es la prevalencia de Escherichia coli (E. coli) como el principal microorganismo causante de infecciones en los reportes de la Red Hospitalaria de Vigilancia Epidemiológica (RHOVE) de 2022.

“Veníamos de una pandemia donde el mensaje constante fue ‘lávate las manos’, y aun así, E. coli encabeza la lista. Esto indica que no nos estamos lavando las manos correctamente, ni siquiera después de ir al baño”, advierte la Mtra. Flores.

Este hallazgo también pone en tela de juicio la calidad del agua en los hospitales —que a menudo no es apta, debiendo ser un agua tratada — su calidad es un factor determinante para evitar infecciones. Sin un adecuado tratamiento de agua, los hospitales pueden convertirse en focos de contaminación y poner en riesgo la vida de los pacientes. Además, persiste una lucha cultural: mientras la evidencia desde 2012 dicta que la antisepsia quirúrgica de manos debe ser por fricción con clorhexidina y sin cepillos (para no dañar la piel y evitar la proliferación bacteriana), muchos cirujanos exigen volver al uso de cepillos, no conociendo los protocolos internacionales de seguridad del paciente.

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Desconexión en la toma de decisiones

La actualización de la NOM-045 enfrenta también un obstáculo estructural: la falta de comunicación entre los “tomadores de decisiones” y el personal de enfermería. Las compras hospitalarias suelen priorizar costos sobre calidad, adquiriendo, por ejemplo, yodopovidona (más barata) en lugar de clorhexidina, que es el antiséptico de elección, recomendado por su efecto residual.

“No contemplan a ninguna enfermera en esas compras y es grave. Nosotras vemos la importancia en el momento, ni los médicos ni los administrativos viven esa realidad”, señala.

A pesar de que la FEMEEQ participó en mesas de trabajo con las autoridades el pasado 3 de septiembre, hasta este momento, continúa trabajando fuertemente para asegurar que el capítulo quirúrgico quede bien fundamentado. La necesidad es contundente: para que la nueva norma funcione, debe dejar de ser un documento de escritorio y convertirse en una herramienta que integre la visión de quienes vigilan al paciente las 24 horas.

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