Investigan si pacientes con reflujo crónico, podrían ser mas susceptibles a la infección de SARS-CoV-2

Hasta ahora, no existe evidencia que indique que los alimentos o las bebidas puedan transmitir el virus que causa el COVID-19. Pero una nueva investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, Estados Unidos sugiere que las personas con problemas en el tracto gastrointestinal superior pueden ser vulnerables a una infección después de ingerir el virus.

Al estudiar el tejido de pacientes con un trastorno común, el esófago de Barrett, los investigadores encontraron que aunque las células de un esófago sano no pueden unirse al virus SARS-CoV-2, las células esofágicas de pacientes con Barrett tienen receptores para el virus y esas células pueden unirse y hacer que se infecten por el virus que causa COVID-19.

El estudio aparece en la edición en línea del 20 de enero de la revista Gastroenterology.

Alimentos y partículas virales

Aún no hay evidencia de que las personas con esófago de Barrett tengan tasas más altas de COVID-19 o corran un mayor riesgo, pero parte de la razón es que eso no se ha estudiado“, explica el investigador doctor Jason C. Mills: “Ahora que hemos interconectado estos puntos, puede valer la pena observar y ver si las personas con Barrett tienen tasas más altas de infección“.

Parte de la razón por la que se ha considerado seguro comer y beber la mayoría de los alimentos durante la pandemia es que es poco probable que transporten partículas virales. E incluso si algunas partículas virales se adhieren a los alimentos, el ácido del estómago neutraliza el virus SARS-CoV-2.

Efectos de la enfermedad por reflujo en el esófago

Pero cuando el ácido del estómago se acumula, las personas desarrollan un trastorno llamado reflujo gástrico que puede causar daños a largo plazo en el esófago. En las personas con enfermedad por reflujo, que afecta aproximadamente a 1 de cada 5 personas en los Estados Unidos, el ácido del estómago regresa al esófago, lo que causa acidez y daña el revestimiento del esófago. Con el tiempo, en algunas personas con reflujo, las células del esófago cambian y comienzan a parecerse a las células intestinales. Las células intestinales tienen receptores que pueden unirse al nuevo coronavirus, por lo que Mills y sus colegas consideran que en los pacientes de Barrett, las células que recubren el esófago también desarrollarían receptores que pueden unirse al virus e infectarse.

Supresión de las secreciones de ácido gástrico en pacientes con esófago de Barrett

Además, el tratamiento médico estándar para los pacientes con esófago de Barrett consiste en suprimir las secreciones de ácido gástrico con medicamentos como los inhibidores de la bomba de protones. Al reducir la acidez del estómago, esos medicamentos pueden hacer posible el que inadvertidamente el virus pase a través del estómago y llegue al intestino, donde incluso las células sanas normales transportan receptores para el SARS-CoV-2.

Muchos pacientes con COVID-19, la mayoría de los cuales lo contraen al inhalar las partículas virales, desarrollan síntomas gastrointestinales como:

  • Dolor abdominal 
  • Diarrea 

El virus también se ha encontrado en las heces de pacientes con COVID-19.

Una posible "puerta de entrada" para la infección

Pero este nuevo estudio demuestra que, en las circunstancias adecuadas, el virus también puede tener un impacto en la parte superior del tracto gastrointestinal. Como resultado, Mills, profesor de medicina, biología del desarrollo y patología e inmunología, y su equipo, creen que las células esofágicas de los pacientes de Barrett representan una posible “puerta de entrada” para la infección.

Se puede imaginar que si alguien ya tiene niveles bajos del virus en el tracto respiratorio, esa persona podría tragar algunas secreciones respiratorias y el virus podría infectar células en el esófago para enfermarlo aún más de esa manera“, menciona Ramon U. Jin, coautor del artículo y miembro clínico de la División de Oncología Médica que estudia el esófago de Barrett ya que es un factor de riesgo importante para el cáncer de esófago. El otro co-primer autor, Jeffrey W. Brown, es maestro de medicina en la División de Gastroenterología.

Análisis de muestras

En este estudio, los investigadores analizaron tejido de 30 pacientes con esófago de Barrett y encontraron que todas las células de las muestras de tejido tenían receptores para el virus SARS-CoV-2, del cual carecen las células normales del esófago. Construyeron y cultivaron mini órganos a partir de esas y otras muestras de tejido del esófago. Algunos de los órganos de muestra se construyeron con células que provenían de personas sanas, mientras que otros provenían de pacientes con esófago de Barrett. Los científicos construyeron los mini esófagos, denominados como organoides, en una placa para aprender cómo esos órganos modelo interactuaban con el virus SARS-CoV-2.

El virus pudo unirse e infectar mini órganos creados a partir de tejido de personas con esófago de Barrett. Además, cuanto más se asemejan al intestino las células del cultivo de mini esófago de un paciente específico, más se une el virus a ese cultivo y lo infecta.

Susceptibilidad a la infección por alimentos que contienen partículas virales

La preocupación sería que, en particular para los pacientes con Barrett, incluso puede haber una susceptibilidad a la infección por alimentos que contienen partículas virales“, dijo Mills. “Este estudio proporciona datos que indican que debemos examinar más de cerca para investigar si una parte sustancial de la población puede ser susceptible a la infección por lo que ingieren“.

Referencias

  1. Jin RU, Brown JW, Li QK, Bayguinov PO, Wang JS, Mills JC; Tropism of SARS-CoV-2 for Barrett’s esophagus may increase susceptibility to developing COVID-19; Gastroenterology; Publicado el 20 de enero 2021; January 20, 2021; DOI:doi.org/10.1053/j.gastro.2021.01.024; Disponible en el URL https://www.gastrojournal.org/article/S0016-5085(21)00091-3/fulltext

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