La resistencia a los antibióticos es una bomba de tiempo en la salud pública. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que para el año 2050 morirán más personas por infecciones que por cáncer, y estamos hablando de infecciones que hoy consideramos inofensivas; como por ejemplo las infecciones que ocurren en un corte o herida, o tal vez una cistitis.
La razón es que las bacterias son maestras en el arte de la adaptación. Cuando su existencia se ve amenazada, mutan en una versión nueva y mejorada de sí mismas que ya no puede verse amenazada, por ejemplo, por los antibióticos. En consecuencia, muchas bacterias que actualmente causan enfermedades son resistentes a los antibióticos.
¡Ellas siempre encuentran la manera! y por supuesto, producirán resistencia; así es como funciona la evolución, dice la profesora y jefa de investigación, Birgitte Kallipolitis, que estudia las bacterias que causan enfermedades en el Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad del Sur de Dinamarca.
Los especiales talentos de los ácidos grasos
Y es exactamente por eso que, al igual que otros investigadores de todo el mundo, cree que es hora de encontrar nuevas formas de combatir o neutralizar las bacterias en su perpetua mutación.
Desde hace algunos años, Birgitte Kallipolitis y su grupo de investigación han estudiado un tipo particular de ácido graso, que ha demostrado ser interesante en este contexto. Los investigadores utilizan listeria como modelo bacteriano para probar el efecto de estos ácidos grasos. En otras partes del mundo, los colegas están utilizando las bacterias de la salmonela y el cólera para pruebas similares.
Los ácidos grasos particulares son interesantes no solo porque pueden matar la bacteria listeria en el laboratorio de Kallipolitis, sino que también pueden desactivar su capacidad para infectar y propagar infecciones.
Los experimentos de los investigadores han demostrado que los ácidos grasos tienen un efecto antimicrobiano. Es decir, que pueden matar a la bacteria listeria. Al principio, esto suena bien, pero luego está la cuestión de la mutación; al tratar de matar la bacteria solo logran que mute en una nueva versión de sí misma y que además es resistente.
Al usar el talento especial de los ácidos grasos: “pueden hacer que las bacterias resistentes sean inofensivas, de modo que no se produzca ninguna infección“, comenta. Por lo tanto, la bacteria resistente ya no es una bacteria que debemos tratar de matar, sino que evitamos que se propague y nos enferme, explica Birgitte Kallipolitis.
Desactivar la virulencia
El concepto de hacer que una bacteria portadora de enfermedades no pueda propagarse o enfermarnos se llama desactivar su virulencia.
Cuando se apaga la virulencia de una bacteria, se evita que produzca proteínas como adhesinas e invasinas, que la bacteria necesita para adherirse a una célula y así poder ingresar a la célula, explica Kallipolitis y comenta “si una bacteria listeria no puede entrar en una célula, no puede propagarse y entonces no se producirá ninguna infección“.
Ayuda adicional para adultos mayores y personas con inmunodeficiencias
La bacteria listeria en los experimentos de Kallipolitis solo es inofensiva mientras su virulencia esté desactivada. Cuando ya no están expuestos a los ácidos grasos que apagan su virulencia, recuperan la capacidad de propagarse.
“Pero esta puede ser una ayuda adicional que le permita a un paciente hacer frente a una infección. Los medicamentos antivirulentos o los suplementos podrían ser buenos para la prevención de infecciones, especialmente en adultos mayores y personas con inmunodeficiencias” dice Birgitte Kallipolitis.
Los ácidos grasos con los que ella y sus colegas trabajan son los llamados ácidos grasos libres medianos y largos.
En frutos secos, plantas y semillas
Kallipolitis explica que se han centrado en particular en los ácidos grasos libres, ácido palmitoleico y ácido láurico, que se encuentran en: frutos secos, semillas, plantas y leche, etc. y detalla “en nuestros experimentos muestran un efecto antivirulento“.
También señala que:
- No se puede comer para lograr un efecto antivirulento, por ejemplo, comiendo nueces y semillas que contengan ácido palmitoleico y ácido láurico.
- Los ácidos grasos deben estar en forma libre, y eso no ocurre generalmente en los alimentos. Puede comprar ácidos grasos libres como suplementos, pero tenga en cuenta que la mayoría de los ácidos grasos en los suplementos están bloqueados y no en forma libre.
- Todavía no sabemos si se puede lograr el efecto consumiendo ácidos grasos libres. Tal vez los ácidos grasos se metabolizan antes de llegar al campo de batalla en el sistema intestinal, donde tiene lugar la lucha contra muchas bacterias resistentes. Tal vez necesitemos farmacéuticos o químicos para encontrar una forma de transportar los ácidos grasos al lugar de la batalla, explica.
Por lo tanto, nos subraya que un suplemento dietético o tableta especial no está a la vuelta de la esquina. Antes de llegar allí, se necesitan una serie de pruebas.
El próximo paso será probar el efecto antivirulento en un sistema de laboratorio que recuerda al sistema intestinal humano; aquí agregaremos la bacteria listeria y veremos si los ácidos grasos las vuelven avirulentas. Si esto funciona, se continuará con los experimentos en ratones y, con suerte, se puede usar de manera profiláctica en humanos, declaró Kallipolitis.
Multirresistentes
Algunas bacterias son resistentes a diferentes tipos de antibióticos y pueden causar infecciones mortales si no se tratan, por lo tanto, se denominan multirresistentes. Los ejemplos son:
- Estafilococos
- Acinetobacter
- Pseudomonas
- E. Coli
Referencias
- Rikke S. S. Thomasen, Magnus Ganer Jespersen, Katrine Jørgensen1, Patricia T. dos Santos, Eva M. Sternkopf Lillebæk, Marianne N. Skov, Michael Kemp y Birgitte H. Kallipolitis; The Global Regulator CcpA of Listeria monocytogenes Confers Sensitivity to Antimicrobial Fatty Acids; Frontiers in Microbiology; publicada el 3 de mayo de 2022; DOI: 10.3389/fmicb.2022.895942; Disponible en el URL https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fmicb.2022.895942/full
- Rikke S. S. Thomasen, Patricia T. dos Santos, Eva M. Sternkopf Lillebæk, Marianne N. Skov, Michael Kemp y Birgitte H. Kallipolitis; Absence of N-Acetylglucosamine Glycosylation on Listeria monocytogenes Wall Teichoic Acids Promotes Fatty Acid Tolerance by Repulsion From the Bacterial Surface: Frontiers in Microbiology; publicada el 12 de mayo de 2022; DOI: 10.3389/fmicb.2022.897682; Disponible en el URL https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fmicb.2022.897682/full